Cuando se tienen obsesiones se pierde el control real de las cosas, siendo el miedo y el pensamiento quien prevalece ante la razón. La obsesión toma protagonismo y se vive como una realidad. Llega un momento en el que eres preso de tu propio pensamiento, llegando a pensar la vida más que vivirla.
La compulsión es la respuesta mental o conductual que se genera al pensamiento obsesivo con la intención de reducir la ansiedad y el miedo que provoca. Su efecto ‘calmante’ es momentáneo, reduciendo el malestar por poco tiempo, ya que cuando vuelve aparecer el pensamiento se necesita realizar otra vez, siendo cada vez menos efectiva. La compulsión acaba alterando la vida cotidiana de la persona sin obtener placer y gratificación por ellas ni poniendo fin al problema.
El pensamiento obsesivo volverá a aparecer y necesitará más compulsiones. Esto es debido a que La ansiedad subyace al trastorno y es previa a él. Aparecen los síntomas cuando la ansiedad es muy alta. Si no se pone solución, el TOC aumentará progresivamente.
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