ANSIEDAD

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es un síntoma muy común en nuestra sociedad que quien más o quien menos en algún momento de su vida la ha conocido. La ansiedad en sí surge instintivamente en aquellos momentos que procesamos como peligrosos ayudándonos a generar mecanismos de protección y  supervivencia.

Ansiedad-sergiolara

El miedo es su expresión emocional más común. Cuando tienes ansiedad te sientes paralizado, sin saber que hacer, piensas que algo malo va a ocurrir, quieres huir… Estas son respuestas habituales cuando se tiene ansiedad. El miedo provoca ansiedad y la ansiedad provoca miedo.

 

Entendemos que hay un problema cuando la ansiedad se convierte en la respuesta habitual de nuestro cuerpo frente a situaciones que no deberían de sentirse como peligrosas, pero por distintas causas tu cuerpo y mente las procesa así.

Con la ansiedad experimentamos reacciones fisiológicas, el corazón late a mayor velocidad, nos provoca sudoración, tensamos los músculos, necesitamos más cantidad de oxígeno y respiramos más rápido.

 

La temperatura del cuerpo aumenta y los sistemas que en ese momento no son imprescindibles para la supervivencia se congestionan, generando bloqueo y dificultad para razonar con el único fin de escapar del miedo.

LOS SÍNTOMAS

Síntomas Físicos: Palpitaciones, falta de aire, opresión en el pecho, temblores, taquicardia sudoración, náuseas, molestias digestivas, vómitos, alteraciones de la alimentación, cansancio, rigidez muscular y tensión, sensación de mareo e inestabilidad, hormigueo.  Cuando la ansiedad es muy elevada se producen alteración  del sueño, alimentación y de la líbido en la respuesta sexual.

Síntomas Psíquicos: Agobio, inquietud, se tiene sensación de peligro produciendo ganas de huir y/o atacar. Inseguridad acompaña de sensaciones de vacío, pérdida de identidad,  sensación de extrañeza o despersonalización, no reconocerse a uno mismo y dificultad para tomar decisiones. En casos de ansiedad muy elevada pensamientos obsesivos con temor a perder el control, la muerte, volverse loco, estar enfermo y celos.

Cambios Expresivos: Estado de alerta e hipervigilancia, que provoca rigidez y torpeza en el movimiento. Reaccionar de forma impulsiva en modo de ataque. Mostrar inquietud y dificultad para relajarse y descansar. Bloqueo en la cercanía con personas dificultando el contacto físico. Bruxismo a causa de la tensión en la mandíbula, tensión de la musculatura.

Dificultades Cognitivas: Problemas para mantener la atención, concentración aumentando problemas que se pueden corregir en la memoria con  aumento de despistes. Pensamiento negativo, evitativo, rumiación y distorsión de pensamientos. Inseguridad e incremento de duda acompañado ocasionalmente con  necesidad de refuerzo externo. Sobreadaptación y perfeccionismo. Susceptibilidad, preocupación y exageración. Estos síntomas pueden estar en dicotomía con la persona que los entiende racionalmente pero no puede evitarlos.

Consecuencia social: Dificultad para estar en contacto con más personas, irritabilidad, problemas para iniciar o mantener una conversación. Quedarse en blanco y sin palabras, problemas para dar opiniones propias, evitar el conflicto, miedo al rechazo y exceso de empatía. En algunas ocasiones verborrea y miedo a quedarse solo y sin cuidado.  

 

Tratamiento

La ansiedad es un síntoma común en muchos trastornos psíquicos con posibilidad de tratamiento y recuperación. En el proceso terapéutico es necesario:

 

– La evaluación exhaustiva de cada caso teniendo en cuenta las causas que han activado y mantienen la ansiedad bien sean físicas o psicológicas.

– Elaborar un proceso terapéutico con objetivos de cambiar y finalizar con las causas de la  ansiedad.

– Tener en cuenta la personalidad e identidad de cada individuo  generando cambios a través de la experiencia, estilo de vida,  proyección e historia de la persona.

– Fortalecer autoestima, determinación y asertividad

– Educación psicológica

– Establecer cambios cognitivos y de pensamiento que afectan a la conducta sin elaborarlo directamente desde la exposición conductual.

– Trabajar el instinto y la reducción del control

Preguntas frecuentes

¿Es posible vivir sin ansiedad?

Sí, es posible vivir sin ansiedad patológica como también reducir sus síntomas, elaborando el tratamiento adecuado donde se entiendan las causas que la han provocado para establecer cambios en la vida y percepción de la persona. Fortalecer sus aptitudes psicológicas y reducir hasta eliminar la sensación de peligro a través de nuevas experiencias, trabajando elementos de la personalidad y afrontando de manera específica los problemas conscientes e inconscientes que la sustentan.

Es importante acudir a un especialista cuando el problema se agrava y no encuentras manera de vencerlo por ti mismo-a.

Si sientes que te cuesta afrontar el día a día con normalidad y cada vez más te preocupa la sensación de ahogo, dificultad para respirar con tranquilidad, afrontar situaciones cotidianas, dejar de pensar en que algo malo va a ocurrir y sobre todo si ya no solo es la ansiedad sino el miedo a que aparezca de nuevo evitando situaciones de cotidianidad por si ocurre un nuevo episodio ansioso o un ataque de pánico.

En la terapia haremos una anamnesis profunda sobre la persona, saber cómo se ha generado el miedo, qué experiencias vitales ha tenido, estilo de vida y estructura psíquica. Entenderemos por qué tu cuerpo responde de esta manera. Una vez entendido elaboramos cambios para vivir sin ansiedad a través de la activación de nuevos recursos y otros elementos propios a la identidad y personalidad, y producir una reestructuración cognitiva.

Tener ansiedad vendría a ser como vivir bajo una preocupación constante, donde hay dificultad para relajarse, el corazón se acelera, se siente opresión en el pecho y sudoración nerviosa, boca seca… Hay un exceso de preocupación por cosas cotidianas y dificultad para concentrarse, lo cual produce fácil irritación. Es una alarma constante frente a ciertas situaciones vitales.

La terapia depende mucho de cada caso, puede ir de entorno los seis meses al año aproximadamente. Con las seis primeras sesiones se debería empezar a notar mejoras significativas.